Al seleccionar una linterna profesional y segura a prueba de explosiones, es fundamental considerar el material de su carcasa, ya que influye directamente en su seguridad, rendimiento y facilidad de uso. Los dos materiales más comunes son el plástico y el aluminio, cada uno con características particulares que se adaptan a diferentes necesidades profesionales.
Al elegir una linterna para la extinción de incendios, rescate, industria petrolífera, gasística u otras industrias, es importante asegurarse de que se cumple con las necesidades especializadas de ese trabajo en concreto.
Conductividad térmica y seguridad
El aluminio es conocido por su excelente conductividad térmica, lo que permite disipar eficazmente el calor generado por el LED, mejorando así su rendimiento lumínico. Sin embargo, esta propiedad también implica que, en entornos de altas temperaturas, como a las que se enfrentan los bomberos, el aluminio puede absorber calor del ambiente, volviéndose peligroso al tacto y comprometiendo la integridad de las baterías internas.
Es por eso que las linternas de extinción de incendios, o cualquier herramienta utilizada para el rescate en incendios, no están hechas de aluminio ni de ningún otro metal. Al contrario, las linternas fabricadas con plásticos técnicos presentan una conductividad térmica significativamente menor, lo que las hace más seguras en ambientes calurosos.
Las linternas de plástico protegen mejor las baterías y mantienen una temperatura superficial adecuada para su manipulación, incluso en condiciones extremas.
Conductividad eléctrica y prevención de riesgos
El aluminio, al ser un metal, es un excelente conductor eléctrico, lo que puede aumentar el riesgo de cortocircuitos si la linterna entra en contacto con otros equipos eléctricos.
Por eso en determinados entornos profesionales no se pueden usar linternas de aluminio de acuerdo con los estándares de seguridad y las certificaciones de seguridad (ATEX).
En contraste, los plásticos técnicos específicamente desarrollados para su uso en atmósferas potencialmente explosivas poseen una conductividad eléctrica controlada, evitando la acumulación de cargas electrostáticas y reduciendo la posibilidad de generar chispas en atmósferas potencialmente explosivas.
Otras diferencias
Las linternas de aluminio generalmente se comportan mucho peor que las de plástico a la intemperie, ya que se rayan y se deforman mucho más rápido. Además, las linternas de aluminio también son generalmente más pesadas que las de plástico. Algo clave si se desea mantener el peso de los equipos lo más bajo posible.
Conclusión
Además de elegir la linterna con la distancia de haz correcta, lúmenes, duración de la batería, etc. hay que prestar atención al material, porque si se requiere una luz certificada para entornos industriales peligrosos o altas temperaturas, la linterna no puede estar hecha de aluminio. En este caso, las linternas de plásticos técnicos ofrecen ventajas significativas en términos de seguridad y fiabilidad.
Sin embargo, para la búsqueda y rescate al aire libre, los productos de aluminio también pueden ser una opción. Por lo tanto, es esencial evaluar las condiciones específicas de uso al elegir entre una linterna, priorizando siempre la protección y el rendimiento óptimo en cada situación.
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